viernes, 21 de noviembre de 2008

RUMBO A LA ISLA DE ROBINSON CRUSOE

En estos tiempos de crisis que corren y como muy bien dice nuestro amigo Miguel de la Quadra-Salcedo, lo mejor es: “vivir necesitando menos cosas”. Igual que el personaje principal de la nueva Ruta Quetzal 2009: Robinson Crusoe.

Así que este año nos toca releer al clásico de Daniel Defoe (1719) y revivir sus aventuras.

Portada de la primera impresión en 1719 de: La vida y las extrañas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe, marinero de York.

Unas aventuras que se basan en dos personajes que existieron de verdad (Pedro Serrano y Alexander Selkirk) y en los cuales Defoe se inspiró al crear su novela, basándose fundamentalmente en la extraordinaria aventura de Pedro Serrano, un capitán de marina español cuyo patache naufragó, en un banco de arena del Caribe, llamado actualmente Serrana Bank y ubicado en territorio Colombiano. Sin ninguna vegetación, ni agua potable, pasando entre siete u ocho años hasta que fue rescatado (1526-1534). Su odisea consistió en sobrevivir comiendo peces, moluscos, pájaros y todo ser vivo que se moviese a su alrededor. El agua la conseguía de la lluvia, almacenando cuanta podía. Sin embargo, en más de alguna ocasión la sangre de tortugas fue el sustituto de tan preciado elemento. Como os podréis imaginar las condiciones eran extremas y no había refugio donde acomodarse. Emprendieron la ardua tarea de construir un refugio con los elementos que encontraron, los restos del naufragio, piedras y corales. Sobrevivir en estas condiciones, teniendo en cuenta las tormentas tropicales, los huracanes, la temperatura, el sol, la humedad y la solidez del refugio se presenta poco menos como algo imposible. Si ha esto añadimos la soledad del lugar, la historia es increíble, como la capacidad de esos seres humanos para poder vivir en esas condiciones. “El Inca” Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales hace un relato de estos hechos que son un ejemplo para no darse nunca por vencidos, sea cual sea nuestra situación: “La isla Serrana que está en el viaje de Cartagena a la Habana se llamó así por el español llamado Pedro Serrano, cuyo navío se perdió cerca de ella y el sólo escapó nadando, que era grandísimo nadador, y llegó a aquella isla, que es despoblada, inhabitable, sin agua ni leña, donde vivió siete años con industria y buena maña que tuvo para tener leña y agua y sacar fuego (es un caso historial de grande admiración, quizá lo digamos en otra parte), de cuyo nombre llamaron la Serrana aquella isla y Serranilla a otra que está cerca de ella, por diferenciar la una de la otra.” (cap. VII del lib. I).

“(…) aquella isla desierta que antes de él no tenía nombre, la cual como él decía, tendría dos leguas en contorno; casi lo mismo dice la carta de marear porque pinta tres islas muy pequeñas, con muchos bajíos a la redonda, y la misma figura le dan a la que llaman Serranilla, que son cinco isletas pequeñas con muchos más bajíos que la Serrana, y en todo aquel paraje los hay, por lo cual huyen los navíos de ellos, por no caer en peligro.

Banco de arena donde naufragó Pedro Serrano en 1526. Actualmente se llama Banco de Serrana y es territorio colombiano.

A Pedro Serrano le cupo en suerte perderse en ellos y llegar nadando a la isla, donde se halló desconsoladísimo, porque no halló en ella agua ni leña ni aun yerba que poder pacer, ni otra cosa alguna con que entretener la vida mientras pasase algún navío que de allí lo sacase, para que no pereciese de hambre y de sed, que le parecía muerte más cruel que haber muerto ahogado, porque es más breve. Así pasó la primera noche llorando su desventura, tan afligido como se puede imaginar que estaría un hombre puesto en tal extremo. Luego que amaneció volvió a pasear la isla; halló algún marisco que salía de la mar, como son cangrejos, camarones y otras sabandijas, de las cuales cogió las que pudo y se las comió crudas, porque no había candela donde asarlas o cocerlas.
Así se entretuvo hasta que vio salir tortugas; viéndolas lejos de la mar, arremetió con una de ellas y la volvió de espaldas; lo mismo hizo de todas las que pudo, que para volverse a enderezar son torpes; y sacando un cuchillo que de ordinario solía traer en la cinta, que fue el medio para escapar de la muerte, la degolló y bebió la sangre en lugar de agua.
Lo mismo hizo de las demás; la carne puso al sol para comerla hecha tasajos, y para desembarazar las conchas para coger agua en ellas de la llovediza, porque toda aquella región, como es notorio, es muy lluviosa. (…) Viéndose Pedro Serrano con bastante recaudo para comer y beber, le pareció que si pudiese sacar fuego para siquiera asar la comida y hacer ahumadas cuando viese pasar algún navío, que no le faltaría nada.Con esta imaginación dio en buscar un par de guijarros que le sirviesen de pedernal, porque del cuchillo pensaba hacer eslabón, para lo cual no hallándolos en la isla, porque toda ella estaba cubierta de arena muerta, entraba en el mar nadando y se zambullía, (…) y tanto porfió en su trabajo que halló guijarros y sacó los que pudo; y de ellos escogió los mejores; y quebrando los unos con los otros, para que tuviesen esquinas donde dar con el cuchillo, tento su artificio, y viendo que sacaba fuego, hizo hilas de un pedazo de la camisa, muy desmenuzadas, que parecían algodón carmenado, que le sirvieron de yesca, y con su industria y buena maña, habiéndolo porfiado muchas veces, sacó fuego (…) Y para que los aguaceros no se lo apagasen hizo una choza de las mayores conchas que tenía de las tortugas que había muerto, y con grandísima vigilancia cebaba el fuego porque no se le fuese de las manos.

Dentro de dos meses, y aún antes, se vio como nació, porque con las muchas aguas, calor y humedad de la región se le pudrió la poca ropa que tenía......

( Conoce el artículo completo "Rumbo a la Isla de Robinson Crusoe" en la sección Geografías de SIRINGA ) .

La expedición Ruta Quetzal BBVA 2009, viajará a Chile por primera vez en sus XXIV ediciones, y allí durante casi tres semanas recordarán la aventura del marinero escocés Alexander Selkirk, náufrago que también fue fuente de inspiración del personaje de Robinson Crusoe para el novelista Daniel Defoe, y que vivió en dicha isla desde 1704, cuando fue abandonado por el galeón: “Cinque Ports”, hasta 1709, al ser rescatado por el “Duke” que le llevó de regreso a Inglaterra.

Los jóvenes embarcarán en Valparaíso para llegar a dicha isla, y allí ascenderán el monte Yunque y recordarán la historia de los balleneros y cazadores de lobos marinos, así como el Parque Nacional Juan Fernández, con especial atención a la botánica, historia y ornitología de la zona.

Durante el recorrido por el país andino los jóvenes rememorarán la figura de Hernando de Magallanes, que en 1520 descubrió y atravesó el estrecho que lleva su nombre. También conocerán la importancia que tuvieron Diego de Almagro, Pedro de Valdivia y Jerónimo de Alderete en la conformación de Chile, así como la importancia de la ruta descubierta por marino español Juan Fernández, que modificó la ruta náutica hacia el sur y evitó las corrientes contrarias para reducir el tiempo de navegación a Concepción, segunda ciudad del país, permitiéndole descubrir el archipiélago bautizado como la Tierra de Juan Fernández (Chile).

Desde la ciudad de Concepción los expedicionarios de Ruta Quetzal se adentrarán en la Araucanía y la región de los Lagos, territorio de los indios mapuches, con zonas de aguas termales y de baños de vapor en el Parque Nacional Tolhuaca hasta llegar al Parque Nacional Villarrica donde ascenderán al volcán llamado Rucapillán, casa del demonio en Mapudungún, la lengua mapuche, que es el volcán más activo de Chile con sus 2.847 metros.

Antes de Llegar a Santiago de Chile, los jóvenes conocerán Isla Negra para recordar la figura de Pablo Neruda, Premio Nobel 1971, y visitarán la casa museo de uno de los escritores más leídos e influyentes del pasado siglo. La estancia en Chile concluirá en la capital, donde la expedición celebrará el Año Internacional de la Astronomía, declarado por Naciones Unidas en 2009, conociendo el Observatorio Astronómico Nacional de Chile, inaugurado en 1852, y que es uno de los grandes observatorios iberoamericanos. Chile, especialmente en el norte, por sus características de claridad de cielo nocturno y la ausencia de contaminación lumínica, permite la observación durante 300 días al año.

La Ruta por España

La expedición 2009 cruzará el Atlántico para ser recibida en audiencia por sus Majestades los Reyes de España y acabará a finales del mes de julio con la entrega de diplomas a los expedicionarios en el acto de clausura del Programa Académico, dirigido por la Universidad Complutense de Madrid, que tendrá como marco el Congreso de los Diputados, institución que está mirando a la juventud de la generación de los Bicentenarios de la Independencias iberoamericanas.

Los jóvenes en España, camino de Toledo, visitarán el Convento de las Carmelitas Descalzas en Ocaña, donde está enterrado Alonso de Ercilla, autor de la Araucana, para continuar a Almagro y recordar a Diego de Almagro y a los “Fugger o Fúcares”, una familia de banqueros alemanes que se establecieron en esa villa en la época de Carlos V.

Posteriormente, la expedición se trasladará a Olmedo, capital del arte mudéjar castellano, y cuna de Jerónimo de Alderete, antes de dirigirse en la Rioja a los monasterios de la Valvanera y de Yuso y Suso, en San Millán de la Cogolla, donde se analizará la importancia del castellano en el mundo. Y desde allí irán a Valencia, primer ciudad a la que se concedió el Tribunal del Consulado del mar en el siglo XIII, visitando la Lonja de la Seda y de los Mercaderes, obra maestra del gótico civil, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y donde se conmemorará el VIII centenario del nacimiento del monarca Jaime I.

Desde el puerto de Valencia la expedición pondrá rumbo a Cartagena, cuna de Juan Fernández y allí visitará el Centro de Interpretación de Arqueología Submarina. Proseguirá la navegación por el Mediterráneo, y después de recalar en Málaga, los jóvenes llegarán a Tánger, donde profundizarán en la vida del gran viajero Ibn Batutta, explorador marroquí del siglo XIV. La travesía en barco finalizará en Cádiz, donde Ruta Quetzal, recordará la historia de la Constitución Española, promulgada por las Cortes Generales el 19 de marzo de 1812.

Temas para realizar el trabajo y número de becas

- La leyenda de la Ciudad Encantada de los Césares.
- Jerónimo de Alderete, fundador de Villarrica (1552).
- El mundo de Pablo Neruda.
- La aventura de Robinson Crusoe en la isla de Juan Fernández.
- Historia y descubrimiento de Chile: Tupac Yupanqui, Magallanes, Almagro y Valdivia.
- “La Araucana” de Alonso de Ercilla.
- 400 años de observación astronómica con catalejo: Galileo Galilei (1609).
- 157 años de Historia del Canal de Isabel II en Madrid y América.
- Gabriela Mistral, primer Premio Nobel iberoamericano.
- La epopeya del Pueblo Mapuche.

El total de becas para españoles es de 160. Espero que os animéis a hacer el trabajo, merece la pena, es algo único. Buena suerte a todos.

El 26 de enero es la fecha límite para entregar el trabajo.

Para más información podéis consultar la página web oficial de la Ruta Quetzal: www.rutaquetzalbbva.com

martes, 28 de octubre de 2008

CAMINANDO ENTRE DOS OCÉANOS: el infierno verde

La aventura de marchar a través de los caminos que cruzan el istmo de Panamá, es sin duda una de las experiencias más espectaculares y adversas con las que me he tenido que enfrentar en los dieciocho años que llevo participando en la Ruta Quetzal.

Caminando por el río Boquerón

Sin embargo, la ilusión de nuestro director y expedicionario jefe Miguel de la Quadra-Salcedo era realizarlo aunque la historia nos advertía de lo difícil y peligroso de este recorrido. Y es que como escribiera Celedón Favalis en 1587:

“Fue un camino donde pensé mil veces perecer y acabar la vida, porque si una vez, si milagrosamente Dios no me remediara, me ahogara sin remedio. Pero fue Dios servido que, estando ya medio ahogado, me sacaron entre más de veinte negros, y salí cual Dios sabe. Aquí en este río se me pudrió todo el vestido de mezclas, sin que haya podido servir de él, ni aun hacer una ropilla, y causólo el traerle yo muy guardado, y no paró sólo en esto, porque se les pudrieron a otras personas más de 4.000 ducados en vestidos. En fin, también a mi hubo de caer la desgracia; en este mismo camino me mordió no sé qué sabandija en la mano izquierda, de manera que tuve la mano y el brazo para perder, porque se me hinchó todo como una bota, y el brazo no lo podía extender, yo toda la mano tenía gafa. Y como no tenía debajo de la capa del cielo casa ninguna que le poner, por ser un despoblado donde no hay criatura humana, sino micos y monos y caimanes sin número, fue grandísima ventura no peligrar (…) En fin, nos dijeron que era camino de doce días, y como tardamos veinticinco, vímonos en gran trabajo, porque en más de los diez días que digo a v.m. no comi mos sino frutas de arcabuco y palmitos, con lo cual lo pasamos todo este tiempo; y no fue poca ventura no enfermar según las frutas era malas, que aun los negros no las querían comer con estar enseñados a ello. En fin, fue Dios servido que llegué a Panamá, aunque muy flaco; pero lo mejor que pude me rehice allí, de suerte que, aunque la tierra es en sí mala, estuve allí bueno, aunque andaba muy dejativo (…) Prometo v.m. que en mi vida me vi en mayor tribulación; sea Dios loado por todo”. (La aventura del Cruce del Istmo: de Nombre de Dios a Panamá en 1587 (1).

Todo comenzó en el mes de febrero de 2008, cuando realizamos el viaje de prospección de la Ruta Quetzal BBVA : La Selva del Río de los Cocodrilos. Panamá-Río Chagres. Este es un elemento fundamental para luego matizar y concretar el recorrido final, el avituallamiento, los lugares de acampadas y las actividades que se van a realizar, así como para probar el material más adecuado para el medio con el que nos vamos a encontrar (clima y dificultades). Recuerdo que salí de Madrid un viernes y el sábado (en Panamá) a las tres y media de la mañana ya estaba en pie, listo para comenzar el Camino Real, primer camino transístmico. Apenas dormí unas cuatro horas y el cambio horario se notaba.

Mis compañeros de aventuras fueron ese día Andrés Ciudad (Subdirector de la Ruta Quetzal y catedrático de Historia de América de la Universidad Complutense ), el coronel Luis Puleio (experto en supervivencia en la selva), Irving Bennett y Jordi Riba (los guías panameños y excelentes conocedores de la ruta que íbamos a realizar) y una representación de SINAPROC (2) capitaneada por Yasser y Juan Carlos.

Camino de nuestra aventura paramos para desayunar: una tortita de maíz con carne (no sé de qué animal la verdad) y un jugo de pera. Eran las siete y media de la mañana y empezaba a clarear, frente a nosotros una vieja locomotora oxidada y corroída por el paso del tiempo, (antiguamente había una mina de manganeso selva adentro) nos indicaba el punto de salida de nuestra marcha de dos días. Enfrente el río Nombre de Dios. Pusimos a punto nuestros equipos y nos intercambiamos los últimos consejos. Los siete éramos conscientes que éste no es un camino cualquiera, es el primer camino que unió el mar Caribe con el Mar del Sur, la primera vía de comunicación terrestre entre los dos grandes océanos.

La aventura estaba asegurada. La primera impresión al remontar el río Nombre de Dios fue desoladora, una excavadora había abierto un camino al borde del río para que pasase cómodamente un vehículo todoterreno, los destrozos eran significativos hasta llegar al Brazo del Cedro. La lluvia nos acompañó durante los días de marcha, el cielo bastante encapotado nos libró de un sol de justicia, sobre todo porque estábamos en verano, teóricamente época seca. Este aspecto me llamó mucho la atención pues a todos los lugareños que nos fuimos encontrando les sorprendían mucho estos cambios en el clima.

Hacia las dos horas la marcha se fue haciendo cada vez más dura, abandonamos el cauce del río Nombre de Dios y nos dirigimos a la espesura de la selva. La gran dificultad además de la lluvia persistente fue el barro que nos encontramos en las laderas que teníamos que ascender y posteriormente descender, por lo que las caídas fueron sucediéndose en los momentos más inesperados. Además no podíamos sujetarnos a ninguna rama, árbol o palma pues muchas de ellas producen urticarias o bien tienen púas negras y afiladas como agujas, capaces de atravesar una mano limpiamente o en el peor de los casos y para más desdichas, exponerse a una picadura de serpiente, insecto o alimaña. Algo con lo que también teníamos que contar. Eso condicionó que nuestra marcha fuera más lenta.

En cabeza iban Irving (con un machete de grandes dimensiones iba abriendo trocha) y el coronel Puleio. Los demás les seguíamos.

Derrumbe en el río Diablo y hamaca de selva diseñada por De la Quadra-Salcedo

La maleza cada vez se iba haciendo más impenetrable, la maraña de ramas, raíces y plantas hacía que nuestro amigo Irving se empleara a fondo. El silbido de su machete al surcar el aire y el impacto en la ramas y troncos fueron el sonido que nos mantenía orientados en la espesura. A veces metía el pie entre tal cúmulo de ramas y raíces que se me hundía la pierna hasta la rodilla, teniéndo que ayudarme de mis dos manos para poder sacar la pierna de esta trampa natural. Los troncos caídos también fueron un buen estímulo para nuestros cansados cuerpos, los más altos los pasábamos arrastrándonos por esa mezcla de hojas húmedas y podridas, aderezada con raíces. Los bajos los escalábamos como podíamos ......

( Conoce el artículo completo en "Caminando entre dos océanos: el infierno verde" en la sección Geografías de SIRINGA )

(1) FAVALIS, Celedón: citado por MARTÍNEZ CUTILLAS, Pedro: Panamá Colonial. Historia e Imagen. Ediciones San Marcos, Madrid, 2006).
(2) SINAPROC: Sistema Nacional de Protección Civil (Panamá)

Jesús Luna

viernes, 3 de octubre de 2008

El CHOCOLATE en las crónicas de Hernán Cortés y OTROS

Ave cogiendo una mazorca de cacao. Mural Edificio A de Cacaxtla.

[Con este tercer título se continúa la historia de un manjar como el cacao, iniciada en dos entradas anteriores de este blog con los títulos "El descubrimiento del cacao" y "El cacao como moneda"


IV) El Chocolate en las crónicas de Hernán Cortés

Según las leyendas aztecas, Quetzalcóalt antes de partir para el remoto país de Tapallan, profetizó que regresaría “por donde sale sol”. En el año señalado en el calendario azteca como “Ce-acalt”. Este fecha correspondía al año 1519 de la era cristiana, justo cuando los primeros españoles al mando de Hernán Cortés desembarcaron en las costas orientales de México
Esta coincidencia en el tiempo supuso para los aztecas el anunciado regreso de su Dios desterrado. Y el recibimiento de los españoles como seres divinos. Después de ofrecer múltiples regalos de incalculable valor y uno de sus mejores palacios para aposento de Cortés y sus hombres, Moctezuma ofreció en vaso de oro a los visitantes la bebida más sagrada para los aztecas: el chocolote.
En aquel tiempo, compuesto por una mezcla de cacao, maíz molido, pimienta, especias variadas y afrodisíacos naturales. El resultado era una bebida tonificante, energética y afrodisíaca.
Más adelante los españoles asistirán repetidas veces a la comida del propio Moctezuma, que se desarrollaba como un rito fastuoso, con centenares de platos de los que el emperador apenas probaba algunos. No dejando, eso sí de beber chocolate en abundancia.
Todos los cronistas coinciden en el chocolate que tomaba Moctezuma tenía virtudes afrodisíacas.
Pronto se aficionaron los conquistadores a tomarlo, sobre todo porque le atribuían al chocolate propiedades tónicas muy apreciadas ante las duras condiciones de vida que llevaban. Cortés llegó a escribir en una de sus cartas al Emperador Carlos V que: “una sola taza de esta bebida fortalece tanto al soldado que puede caminar todo el día sin necesidad de tomar ningún otro alimento”.

Recordemos que la palabra chocolate tiene varias acepciones. Enumeramos algunas de ellas:

- Para Joaquín Bastus y la Real Academia de la Lengua Española: “se supone que el nombre de chocolat, que daban los mexicanos a la bebida o infusión del cacao, del cual nosotros hicimos chocolate se formó de choco, que en antiguo significaba cacao y de late que quiere decir agua, es decir cacao disuelto en agua o agua de cacao”.

- Otra opinión es la de Castillo Ledón, quien manifiesta que la palabra chocolate (choco-atl) procede del náhuatl y esta compuesta por xoco (agrio) y atl (agua), es decir: agua agria.

De los soldados pasó a los Virreyes y gobernadores, así como a los frailes y monjas que iban estableciendo sus conventos durante la colonización. A las religiosas del convento de Oaxaca se atribuye el haber tenido la idea de mezclar con el cacao el azúcar recién importado del Viejo Mundo…

V) El cacaotero y tipos de cacao

El cacaotero o cacaotal es una planta tropical americana de hojas sencillas, frágiles y brillantes que pueden alcanzar los ocho metros de altura, aunque lo ideal para una buena explotación es que lleguen hasta cuatro o cinco metros.


El fruto del cacao es una baya oval esférica, de color pardo, rojizo o amarillo. Está compuesto de cáscara externa y en su interior se encuentran dispuestas en fila las semillas o almendras de cacao, las de fuera están envueltas en una pulpa blanca y viscosa. El número varia entre veintiséis a sesenta almendras y están dispuestas en forma simétrica.
Una de las características típicas del cacaotero es que las flores se encuentran en el tronco del árbol. El cacaotero empieza a dar sus frutos a parir del quinto o sexto año de su plantación y alcanza su grado máximo hacía los diez u once años. Durante esta época suelen dar dos cosechas anuales.
Theobroma cacao es el nombre científico que recibe el árbol del cacao o cacaotero. Theobroma, en griego, significa: “alimento de los dioses”.

Existen varios tipos de cacaoteros identificados en cuatro grandes grupos.

- El criollo o nativo: originario de Centroamérica y nombrado así por los españoles a su llegada.
- El forastero: originario del alto amazonas y actualmente cultivado extensivamente en África e Indonesia
- Los híbridos: que consisten en cruces entre el criollo y forastero para conseguir la robustez del uno y el aroma del otro. Actualmente existen cientos de híbridos creados por el hombre o naturalmente que se han extendido y propagado por todo Centroamérica.

VI) Usos del chocolate en Occidente

Cuando se introdujo el chocolate en España y durante algún tiempo fue considerado un medicamento. Sobre todo para aliviar la debilidad orgánica, como cita el médico y cirujano Alonso de Ledesma (Ecija), en su libro: Curioso tratado de la naturaleza y calidad del chocolate que se publicó en Madrid (1631). Poco a poco la pasión por el chocolate fue haciéndose una realidad entre los españoles que lo iban haciendo más exquisito. Mezclándolo con azúcar, vainilla y canela.
El gran aprecio al chocolate llegó a preocupar a los gobernantes que pensaron incluso en cobrar impuestos y reglamentar su consumo. Se tomaba en cualquier sitio y a cualquier hora, igual que en América.
De tal envergadura llegó a ser el fenómeno que los alcaldes de Casa y Corte de Madrid, ordenaron en el año 1644 que: “nadie, ni en tienda ni en domicilio ni en parte alguna pueda vender chocolate como bebida”. Eso sí, se autorizaba la venta en pastilla, pero la bebida había que prepararla cada cual en su casa. El fin último de esta rocambolesca medida era evitar el espectáculo de la ociosidad que daba el pueblo tomando chocolate por las calles.

En el terreno eclesiástico la cuestión del chocolate dio lugar a opiniones muy contradictorias. En realidad el destino del chocolate y las funciones eclesiásticas han estado siempre unidos.
Ninguna otra bebida con estas propiedades (alimento reconfortante) podía convenir más a la iglesia, ya que no llevaba alcohol. Además los conventos le abrieron muy pronto sus puertas e incluso se dedicaban a elaborarlo. Y hasta nuestros días se ha considerado como tradicional y proverbial el chocolate de los canónigos.
También se vio en aquellos tiempos de ayunos extremos una posibilidad de alivio consumiendo chocolate. No obstante, aquí también salto la polémica. ¿Quebrantaba el ayuno quien tomaba chocolate?
Las opiniones eran para todos los gustos como el propio chocolate.


Jesús Luna

domingo, 28 de septiembre de 2008

OTRO PROFESOR DEL IES CIUDAD LOS ÁNGELES EN LA RUTA QUETZAL

Soy David Rosa, profesor de Ciencias Naturales del año pasado, y he podido acompañar algunos días al Míster, el profesor Jesús Luna de Educación Física, en la edición de la Ruta Quetzal 2008.


Mis agradecimientos deben llegar hasta D. Miguel de la Quadra-Salcedo, por ofrecerme estar con ellos durante el tiempo que quisiese en el recorrido de la Ruta Quetzal por España.
Un mayor agradecimiento a D. Jesús Luna, sin el cual no habría podido tener esta gran experiencia, por querer contar con mi aportación científica en la Ruta y por hablarle de mí a D. Miguel. Además debo agradecer a Silvia y Pati, subjefas de campamento, la atención especial que tuvieron conmigo para que no me faltase de nada.

¿Os parece que el Míster es un buen profesor? ¿Os cae bien? Pues no lo habéis visto todo. Si le llegáis a ver en la Ruta se os pondrían los pelos de punta. Imaginaros:

- 300 chicos y chicas de todas partes del mundo, de los cuáles no encontrarás a uno sólo que no admire y quiera al Míster. ¿Sabes por qué? Porque para el Míster cada chaval es una persona, lo que significa que el bienestar de cada uno de ellos, tanto físico como mental, es su ocupación y lo más importante. Pero controlar a este gran grupo no es nada fácil y esa es la labor principal del Míster.
- Para conseguir lo anterior, él debe controlar a unos quince monitores por medio de walkie-talkie, al equipo médico, al equipo de duchas móviles, al equipo de cocina, a los autobuses y, por supuesto, la secuencia de actividades y tiempos que debe seguir la Ruta en el día a día. Está claro que él no puede controlarlo todo, pero se sirve de un personal muy preparado que le apoya y le soluciona problemas.

Bueno, yo iba a pasar por la Ruta como voluntario para aportar mi “granito de arena” si era necesario. Llevaba un conjunto de experimentos, reflexiones y actividades, preparadas con una secuencia lógica e intenciones claras. No obstante, mi intervención dependería de la organización ya establecida.

Aunque estaba invitado por D. Miguel para seguir toda la Ruta por España, al Míster lo que más le interesaba era mi apoyo en las excursiones y marchas de naturaleza que se iban a realizar por Albacete-Cuenca en el Calar del Río Mundo y por Soria en los Picos de Urbión y Laguna Negra. Así que decidí ir sólo a dichos lugares en los que me necesitaba el Míster y saltarme el resto de actividades demasiado institucionales, es decir, de fotografías y recibimientos de las autoridades.

La programación de actividades era tan ajustada y los ritmos de 300 chavales tan diferentes a los de un pequeño grupo, que hice poco de todo lo que llevaba preparado. Mi contribución consistió en:
- Un par de charlas cortitas a todo el grupo de cómo se había formado el paisaje que veíamos, una del origen del paisaje exokárstico en el Calar del Río Mundo y otra del origen glaciar del paisaje de los Picos de Urbión y sus lagunas.
- Una sesión realizando algunos experimentos de física y química, la observación al microscopio de preparaciones prestadas por el I.E.S. Ciudad de los Ángeles y la observación a la lupa binocular de muestras de animales, plantas, minerales y rocas recogidas en las marchas.
- Una pequeña pizarra acoplada a mi mochila para ir escribiendo en ella cortas reflexiones que amenizasen las marchas y diesen juego para hacer pensar a los chavales.

¿El resultado? Las charlillas gustaron y no aburrieron, la sesión científica les gustó mucho y lo de la pizarra fue todo un éxito. Al principio los chavales preguntaban para qué llevaba la pizarra, pero la cosa terminó con lista de espera para aportar su frase o reflexión para que la pudiesen leer los demás.

Toda la experiencia ha sido realmente alucinante. Me ha resultado muy interesante el objetivo de la Ruta, su complicada organización y todo el entramado económico y de relaciones entre personas e instituciones que hay detrás para que todo salga bien.

Esta serpiente de agua conoció a 300 y pico chavales de todo el mundo de la mano del Míster. La soltó después del trauma / El Míster y David en lo alto de la Laguna Negra / La famosa pizarra.


Por cierto, si eres alumno/a y estás en edad para ir a la Ruta, te recomiendo que lo intentes de verdad. La experiencia puede ser irrepetible.

domingo, 10 de agosto de 2008

El Chischil : un blog dedicado a la Historia y a la Cultura latinoamericanas

El pasado 22 de marzo de 2008 se estrenaba en la blogosfera un blog muy especial : El chischil, una nao y dos carabelas. Con este título tan sugerente, su autor se proponía -y así lo explicaba en el primer post del blog- , "repasar la historia y la cultura de los principales pueblos que hallaron los españoles al llegar al Nuevo Mundo" . Un chischil, sigue contando el autor, es un sonajero típico de Nicaragua que se emplea para llamar la atención de un niño; para ahuyentar malos espíritus; y para dar ritmo a bailes locales. El blog hace honor a su título pues llama la atención del lector por su contenido extraordinariamente rico y variado sobre Latinoamérica, como podréis comprobar entrando en El Chischil.

Agradecemos a su autor el post -Jesús Luna cuenta en su blog cómo conocimos el cacao- que dedicó al blog Geografías de la sección del mismo nombre de nuestra revista Siringa y al autor del blog Jesús Luna, profesor de E. Física de nuestro instituto, miembro de la Ruta Quetzal y gran divulgador de la cultura latinoamericana entre los alumnos.

El principal objetivo de nuestra revista y nuestros blogs educativos es el intercambio de experiencias y el enriquecimiento mutuo...... así que, nuestro agradecimiento a El Chischil y a su autor José Luis G.C. ¡ Seguiremos en contacto !.

Coordinación Revista Siringa

martes, 29 de abril de 2008

El CACAO COMO MONEDA. La almendra del dinero: historia, ritos y usos.


[ En el artículo anterior conocíamos cómo se producía el primer contacto del mundo occidental con las almendras del cacao. Fue gracias al Cuarto Viaje que Cristóbal Colón realizó a las Indias Occidentales- como al principio se llamó a América- junto con su hijo de 14 años, Hernando Colón y su hermano Bartolomé Colón .Ver en la parte inferior de este artículo. ]

II) El Cacao como Moneda

El cronista de principios del siglo XVII, Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés al escribir sobre los nicarao (indígenas mayas de Nicaragua) nos relata el valor del cacao como moneda: “entre los nicarao un conejo valía diez almendras, por cuatro almendras dan ocho pomas o nísperos de aquella excelente fruta que ellos llaman munoncapot, y un esclavo vale más o menos cien almendras”.

Lo más probable es que entre los antiguos mayas prevaleciesen valores muy parecidos a éstos. En aquella época toda cosa que se pudiese comprar o vender entre estas gentes tenía su precio en almendras de cacao, al igual que entre los cristianos lo tenían en doblones o ducados. Así por ejemplo, quien quisiese una mujer para su libidinoso uso, le daba por una “carrera” ocho o diez almendras, según convengan las partes.

Pero como bien dice el refrán: no es cacao todo lo que reluce. Y claro, también surgía la picaresca, el fraude y la falsificación de la moneda. La técnica era la siguiente: cogían las almendras de cacao y le quitaban la cortezita o cáscara dejándolas huecas. Después las hinchaban de tierra o de cualquier otra cosa para finalmente cerrarlas tan sutilmente que nadie las pudiese conocer. Se imaginan Vds. al comerciante examinando una a una las almendras de cacao. Pues sí, así se solía hacer…

III) Rituales Mayas

Dentro de la cultura maya las ceremonias de compromiso y matrimonio tampoco escapaban al influjo del cacao. Así en la boda, la novia le da al novio un escabelito pintado de colores, y también le da cinco granos de cacao y le dice: "éstos te doy en prenda de que te acepto como esposo". Y él también le da unas faldas nuevas y otros cinco granos de cacao, diciéndole lo mismo. Además en el banquete de boda era tradición hacer “chocola,k”, palabra que quiere decir: “beber chocolate juntos”.

En la actualidad, los mayas lacandones (Región de Chiapas, México), mantienen intactas muchas de estas tradiciones culinarias referentes al cacao que pertenecieron a sus antepasados.

La bebida hecha con cacao también desempeñaba un papel muy importante en los rituales y banquetes mayas. Tanto que los mercaderes, nobles y ricos estaban obligados a dar grandes festines donde hubiese abundancia de ésta: “Muchas veces gastan en un banquete lo que en muchos días mercadeando y trapeando ganaban. La primera que es de los señores y gente principal, obliga a cada uno de los invitados a que hagan otro convite y que den a cada uno de los convidados un ave asada, pan y bebida de cacao en abundancia”.

Antonio Fuentes y Guzmán nos describe otra de las posibles transformaciones del cacao en bebida alcohólica: “Volviendo a registrar las virtudes del cacao, debe saberse que en cuanto sale del fruto exuda un liquido excelentísimo y muy fresco, que los indios toman con gran destreza. Para ello amontonaban los granos frescos, rodeados de su pulpa en pequeñas canoas de troncos, limpias, en las cuales, por su propia gravedad, la pulpa producía un abundante licor del sabor más suave, entre ácido y dulce y que es de lo más refrescante”. Fíjense Vds. como será la cosa que durante nuestra expedición Ruta Quetzal, 1997 (Primera Expedición Científica a América), donde seguimos los pasos de Francisco Hernández, protomédico de Felipe II, descubrimos en Pichucalco (México) a unos agricultores que aún elaboraban artesanalmente esta extraordinaria pócima de la cual conservo una diminuta botellita como oro en paño. Si Vds. gustan… sólo tienen que decírmelo. Esta bebida, licor de cacao (debido a la fermentación de las semillas) se sigue elaborando hoy en día y es considerada una exquisitez entre los paladares más exigentes.

En el Popol Vuh, o Libro del Consejo, considerado el libro sagrado de los mayas quiché de los Altos de Guatemala, escrito no mucho después de la llegada de los españoles, se cuenta como la cabeza cortada de uno de los primeros gemelos, (conocido como Dios del Maíz), hijo de la anciana pareja que había creado el universo, se cuelga de un árbol que un vaso maya clásico representa como un cacaotero. El cacao aparece reiteradas veces en este Libro del Consejo tal como ha llegado hasta nosotros: “Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en pataxte y cacao y en innumerables zapotes, amones, matasanos y miel”.

En el nuevo mundo anterior a la conquista, la escritura jeroglífica sólo se conocía en Mesoamérica, y alcanzó su máxima elaboración entre los mayas. Ahora, gracias a recientes investigaciones epigráficas, sabemos que podían escribir todo lo que contenía su lenguaje en un sistema en parte fonético silábico, y en parte semántico (con signos que equivalían a unidades de significado). Entre las cosas sobre las que escribieron se encuentra el cacao. Los antiguos mayas eran un verdadero “pueblo libro”.

Sin embargo, el papel donde escribían- hecho de corteza de ficus- era muy perecedero. Sólo cuatro libros han sobrevivido hasta ahora, y todos corresponden al periodo postclasico, el previo a la conquista española. El más bello de estos libros en forma de biombo que aún sobrevive es el Códice Dresde, que trata de actividades rituales vinculadas con el ciclo sagrado de 260 días, en las que se puede ver a dioses sentados sosteniendo frutos de cacao, o platos rebosantes de granos de cacao. Sabemos que se trata de esto, porque encima de cada deidad se afirma que lo que tiene en la mano es “su cacao -u kakaw”-.

El cacao aparece también en el Códice de Madrid. En una escena, un joven dios se acuclilla mientras toma ramas de un cacaotero, y un quetzal le sobrevuela llevando un fruto de cacao en el pico; en el texto asociado se encuentra el habitual compuesto fonético “kakaw”. Existe otra referencia en el mismo Códice que ilustra a cuatro dioses perforándose las orejas con lancetas de obsidiana y dejando caer gotas de sangre real sobre frutos de cacao. Esto es especialmente interesante ya que nos revela que, para los mayas y los aztecas, había fuertes asociaciones simbólicas entre el chocolate y la sangre humana….

CONTINUARÁ..... III y IV PARTE

Jesús Luna

miércoles, 12 de marzo de 2008

EL DESCUBRIMIENTO DEL CACAO (1502) ( La almendra del dinero: historia, ritos y usos)

Con este sugerente título queremos iniciar una serie de artículos que sirvan de homenaje a tan preciado y suculento fruto. Nuestra intención es que todos podamos conocer un poco más de este manjar tan cercano y próximo a nuestros paladares y celebraciones, pero sin embargo, de orígenes tan remotos y distantes.

Hace ahora 500 años, y en un encuentro fortuito entre una canoa maya y una barco español, un niño de catorce años de edad observó atónito cómo unos comerciantes mayas se desvivían por recoger unas almendras que se les habían caído en la nave donde él viajaba junto a su padre y toda la tripulación. Así nos lo relata él mismo en su apasionante libro "Historia del Almirante": “las que pareció que estimaban mucho, porque cuando fueron puestas en la nave las cosas que traían, noté que, cayéndose algunas de esas almendras, procuraban todos cogerlas, como si se les hubiera caído un ojo”.

Estimamos que pudo ser el 13 de agosto de 1502 y el lugar la Isla de Guanaja (actualmente la isla de los Pinos en Honduras). Estaba a punto de producirse por casualidad, como ocurre en la mayoría de las cosas importantes en nuestras vidas, un acontecimiento histórico que revolucionaría la gastronomía mundial. El jefe maya de la canoa, el señor de Yumbé (jefe camino), regalaba a Hernando Colón un preciado regalo: habas de cacao. En este preciso momento se inicia la apasionante Historia del Chocolate.

Ese niño era Hernando Colón. Hijo natural de Cristóbal Colón y primer Colón español que acompañó a su padre en su IV viaje de descubrimiento (1502-1504) siguiendo la Ruta de las Especias, anteriormente realizada por Marco Polo. Durante esta odisea el Almirante, como le llama habitualmente su hijo, también descubrió lo que hoy conocemos como Centroamérica, es decir: Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Norte de Panamá.

I) Los Orígenes
Si viajamos en esa fantástica máquina del tiempo que es nuestra imaginación y nos trasladamos a Centroamérica, hace ahora aproximadamente 3500 años atrás, nos encontraríamos con los Olmecas, que vivieron hacia el 1500 a. C. en los bosques tropicales y las llanuras de pastos bañados por el Atlántico en el Golfo de México.

Nuestros anfitriones construían grandes centros ceremoniales en forma de piramides y se les tiene por los pioneros en la transformación y utilización y transformación del cacao.

No obstante, fueron los mayas y los aztecas quienes dejaron un importante legado sobre la utilización del cacao en sus ritos, al que atribuían poderes medicinales. También lo usaban en las transacciones comerciales como moneda y en la elaboración del chocolate.





Una linda leyenda narra que Quetzalcoatl, el dios de la luna y de los vientos, descubrió el árbol del cacao en los campos luminosos de los hijos del sol. Lo regaló a los hombres que le llamaron “El alimento de Dioses”. A partir del 250 d. C. los mayas de las Tierras Bajas crearon Ciudades-Estado tan importantes como Tikal (Guatemala) y Copán (Honduras). En ellas, elaboraban el “kakaw” (cacao) como bebida caliente de la clase alta, hecho que se refleja en las elegantes vasijas halladas en las tumbas de sus nobles.

Ek Chuah fue para ellos el dios de los mercaderes y agricultores del cacao.





JESÚS LUNA TORRES con un simpático CHORO


(Jefe de Campamento de Ruta Quetzal)




CONTINUARÁ………….